Aircrafts in Ghana

Ghana | Koforidua
Tipo de proyecto:
abril, 2013
Necesidades:
¿QUÉ NECESITAMOS?

El nuestro no fue un viaje de voluntariado. Queríamos simplemente visitar Ghana como mochileros, pero al mismo tiempo llevar algo de ayuda con nosotros. A través de la Web www.trip-drop.com (que recomiendo a todo viajero que quiera saber cómo, dónde y a quién ayudar, allá a donde vaya) fuimos a dar con la ONG HolaGhana y su colaboración con el orfanato-escuela Akwadum Christian Village.
Este centro brinda al momento alojamiento, acceso a la sanidad, educación, comida y cariño a nueve niños huérfanos (todos de entre dos y diez añitos) y además se complementa con una escuela para unos cincuenta de los niños más desfavorecidos de la zona. Inmediatamente pusimos en marcha una serie de actividades para recolectar material escolar, deportivo y calzado en buen estado, así como donativos.
Nos quedamos impresionados de cómo la gente enseguida se volcó por nuestra causa. Una fiesta de “Cumpleaños Solidario”, y un llamamiento entre nuestras empresas, círculos de amigos y vecinos del edificio, fueron suficientes para recaudar 1.315,00 Euros y para llegar a los 66 Kg de equipaje que nos permitía Air Maroc para embarcar rumbo a Ghana cargados de ilusión.
El Akwadum Christian Village fue nuestra primera parada en el país. Akwadum es una aldea rural, a unos veinte minutos de Koforidua, una ciudad pequeña a unas dos horas y media en “tro-tro” de la capital Accra (un “tro-tro” es cualquier vehículo de pasajeros que no sea una guagua o un taxi y que abarca desde minivans modernas con aire acondicionado, a camiones modificados con enorme densidad de asientos y un ambiente de sudor omnipresente). Una vez llegados a Koforidua, llamamos a Wisdom, director del orfanato-escuela. Wisdom es un hombre de 38 años de edad y de sonrisa constante y sincera en el rostro. De lunes a viernes trabaja en la escuela, mientras que los sábados visita aldeas pobres para animar a la gente más desfavorecida a ir a su misa de los domingos. Es un pastor y muy religioso, sin embargo vive la fe de manera muy diferente a como estamos acostumbrados a ver aquí en Europa; la lleva en el alma y en sus actos, y ve a Jesús como verbo y no substantivo.
Oscar de HolaGhana había coordinado nuestra visita al centro y Montse, una voluntaria de HolaGhana que había llegado justo un día antes que nosotros para un voluntariado de 6 meses, fue la encargada de recordar a Wisdom sobre nuestra llegada. Sin habernos visto antes (ni siquiera en fotos), cuando nos encontramos con Wisdom en la estación de tro-tros nos dio un abrazo e inmediatamente supimos que habíamos creado una fuerte conexión. Cuando vio las maletas con el material que traíamos se emocionó. Luego nos contó que para él, el hecho de que hubiéramos llegado hasta ahí, sólo para verles, independientemente del material que hubiéramos llevado, ya era una rotunda victoria para ellos.
Llegamos al Akwadum Christian Village a eso de las 13:00h. Al salir del minibús, todos los niños vinieron corriendo a darnos la bienvenida. Algunos de los más pequeñitos se abrazaban a nuestras piernas. Tras saludar a todos uno a uno y jugar con ellos durante una hora y media, nos llamó Wisdom para reunimos con el jefe de estudios y transmitirles nuestra idea sobre hacer una actividad con los niños al día siguiente, el sábado. Ésta consistiría en contarles algo sobre los aviones y hacer una actividad de papiroflexia: colorear unos modelos gentilmente cedidos por la Fundación Fly Beyond Dreams de los compañeros de Airbus de José, para luego recortarlos, montarlos y que jugaran con ellos. El objetivo de la presentación era algo más que hablarles de aviones. Era también de sacarles de su rutina y tratar que experimentasen fascinación. Transmitir el mensaje de que nada es imposible. Volar fue un sueño inaccesible, incluso para genios como Leonardo Da Vinci. El mensaje que pretendíamos transmitir: nada es imposible, si luchas fuerte para alcanzarlo. La idea les pareció fantástica.

Los niños generalmente no van al colegio los sábados, pero Wisdom nos dijo que a través de megafonía en la aldea, los convocaría para las 9.00h del sábado y que ya veríamos cuántos niños vendrían. Al día siguiente, llegamos a la escuela a las 9 y había unos 50 niños esperándonos (¡y nos contaron que muchos habían llegado desde las 7), muchos de ellos muy bien vestidos, como si fueran a la misa del domingo. Todos estaban muy expectantes y curiosos. Preparándonos para la actividad, dibujamos una avioneta con tiza en la pizarra para hablarles sobre las diferentes partes de un avión; preparamos un atlas que trajimos con nosotros, para indicarles desde dónde veníamos en avión; preparamos los modelos de aviones en cartulinas; sacamos lápices de colores, plastidécor, rotuladores, afiladores y 50 tijeras a estrenar, del material recolectado en Madrid; preguntamos a los profesores de dividirlos en grupos por edad y les dijimos que estábamos listos para empezar. José empezó la presentación. Era también curioso que casi tan interesados como los niños estuvieran los cuidadores, tres chicos jóvenes. A la pregunta de uno de los cuidadores de ¿Dónde es posible ver un avión? nos dimos cuenta de que realmente era algo desconocido no sólo para los niños.

Después de la breve presentación pasamos a colorear. Los niños pintaban muy concentrados y con mucho esmero. Me resultó curioso ver cómo compartían los colores entre ellos. El compartir para ellos es lo normal. Una niña pintó su avión con franjas roja, amarilla, verde, roja, amarilla y roja. Nos dijo que el rojo, amarillo y rojo eran los colores de la bandera española, que se los había enseñado Laura, una voluntaria que estuvo allí con ellos varios meses. Llegó la hora de recortar, y para muchos era la primera vez que cogían unas tijeras con sus pequeñas manos. Los mayores recortaban sin problemas pero de los más pequeños siempre recordaremos esas vocecitas diciéndonos Sir, can you help me?. Algunos le recortaron las alas al avión y después venían a pedirte ayuda con carita como diciendo ¿Cómo podemos arreglar esto?. ¡Más lindos! La actividad duró casi 3 horas. Uno de los momentos más bonitos y emocionantes fue cuando salieron todos fuera con sus aviones y al canto de un, dos, tres los tiraron todos a la vez a volar y empezaron a jugar y a gritar.

Para concluir la actividad, Wisdom los mandó de nuevo a sentarse y les explicó que habíamos venido desde muy lejos para estar con ellos, que estaba seguro de que algo habían aprendido de ese día, y que nunca dejasen de aprender. Wisdom les dijo algo en tree (el idioma local) y de repente en coro todos nos agradecieron con un God Bless You y luego con un We love you el haber llegado hasta allí. No sabían que los que realmente estaban agradecidos éramos nosotros, que nunca hubiéramos pensado que una experiencia como esa fuese a ser tan enriquecedora y emotiva. Al día siguiente, tras un desayuno fuerte para afrontar un largo día de viaje hacia el norte del país, nos despedimos de nuestra nueva familia ghanesa y dejamos atrás uno de los recuerdos más bonitos del viaje… y de nuestras vidas.



¿CÓMO LLEGAR?

Koforidua.

Están a 15 min de Koforidua. Contactar primero con el centro.


DATOS DE CONTACTO
* Si es posible, contactad con el centro antes de la visita